“TENGO UN DIOS APARTE”, CONTÓ LA PROMESA DE BOCA BALEADA POR MOTOCHORROS EN MERLO

“TENGO UN DIOS APARTE”, CONTÓ LA PROMESA DE BOCA BALEADA POR MOTOCHORROS EN MERLO

Thiago Facundo Toloza (18) sabe que deberá afrontar una dura recuperación, luego de recibir un balazo en una pierna durante un intento de asalto en Merlo. Sin embargo, no baja los brazos y apuesta a volver a jugar pronto en las divisiones inferiores de Boca. “Acá seguimos, luchando, para adelante. Tengo un Dios aparte, estoy agradecido de estar acá”.

Thiago fue asaltado este martes a la madrugada. Cerca de las 0.20 caminó los 150 metros que separan su casa de la Ruta 1003, en límite de Pontevedra con Morón. Hacía unos minutos, su mamá había avisado por mensaje de texto que estaba arriba del colectivo 236, a punto de llegar.

El joven futbolista dejó el teléfono en su casa y salió con Román, su hermanito de 14 años, a esperar a su mamá en la parada. Pero cuando Paola Alvez (43) bajó, sus hijos no estaban. Caminó sola hasta su casa y cuando llegó se encontró con la escena: «Lo vi a mi hijo con sangre, que se ponía blanco. Le habían pegado un tiro en la pierna. Como pudimos, con una vecina le hicimos un torniquete y lo llevamos a la Clínica Modelo de Morón», contó Paola.

La mujer relató lo que pudieron reconstruir del momento del robo: “Ellos cuentan que estaban ahí, esperando y antes de llegar a la esquina apareció la moto con dos personas. No saben si estaban escondidos porque no los vieron venir. Ahí les empezaron a pedir las cosas, no tenían nada. Mis hijos son altos, parecen más grandes, pero son chiquitos. Se asustaron como se asusta cualquiera. Thiago empujó al hermanito para la vereda y empezaron a correr. El que iba de acompañante en la moto tiró dos veces al suelo. Como no pararon, siguió disparando. Lo otros dos tiros fueron contra los chicos. A Thiago le dieron en el muslo, cayó al piso y se levantó para seguir corriendo como pudo”.

Los asaltantes circulaban en una «una moto negra» y los vecinos advirtieron que ya habían estado «dando vueltas por el barrio, buscando a quién robar».

Uno de los disparos alcanzó a Thiago en la pierna izquierda pero«entró y salió, sin tocar el hueso». Por eso, el joven permanecía internado pero fuera de peligro y en las próximas horas podría ser dado de alta.

Una de las preocupaciones de Thiago era si podría volver a jugar al fútbol. «Los médicos dijeron que estaba bien y eso lo tranquilizó muchísimo. Le doy gracias a Dios que está bien y que va a poder seguir adelante con su sueño, que es jugar al fútbol. Si a él le pasa algo en la pierna, por ir a buscarme, por cuidarme, no sé qué haría como mamá. Yo vivo para ellos, para que estudien, para que salgan adelante, para que cumplan con sus sueños», reflexionó Paola. Los médicos todavía no precisaron cuántos días demorará su recuperación, aunque le adelantaron que deberá tener paciencia.

La mujer además explicó que el menor de sus tres hijos sigue en «estado de shock» después de ver cómo balearon a su hermano. «Lo vemos sonreír, que está mejor, que se siente bien y vamos bajando de a poco. Los dos estuvieron muy shockeados. Sabemos que hay robos, pero algo así, nunca. Tanta agresión con chicos, que son chiquitos. No hacen otra cosa que ir al gimnasio, estar en su casa, hacer sus cosas ¿por eso los tenés que matar? Yo estoy como que no caigo todavía», reclamó.

Thiago empezó su carrera en las infantiles de Merlo y después empezó a jugar en Boca, desde la 9° división. Ahora entrena con la 4° y la Reserva, donde ha jugado varios partidos bajo la dirección técnica de Rolando «Flaco» Schiavi, ex defensor multicampeón con el Xeneize.

El joven baleado es marcador central pero también suele jugar de lateral por derecha. La categoría donde se desempeña es la misma de la que surgieron el volante Agustín Almendra y del arquero Manuel Roffo, entre otras promesas boquenses.

La investigación quedó en manos de la fiscalía N°1 de Morón y de la Comisaría de Pontevedra. No hay sospechosos detenidos.